El último jueves en Asonip Talks, Daniel Young y Sandra Díaz presentaron un producto en la alfombra roja de las innovaciones: una caja sanitaria sin arena para gatos con mecanismo manual de limpieza. Dentro de los proyectos expuestos, este tenía un componente especial por relacionarse con un animal muy querido de la casa, y también por revelar problemas que no habían sido cubiertos por otras personas.
En principio, la problemática nace con los modelos que se suelen ofrecer en el mercado: areneros con tapa que exponen hedores fuertes, suministro de costo elevado, requerimiento de cambios de arena, etc. Sin embargo, los puntos más perjuiciosos para cuidar de la higiene del gato son las sustancias químicas (como el sílice) y el costo-traslado de la arena sanitaria.
“La arena sanitaria es una clase que no es convencional, sino contiene componentes dañinos para las personas y mascotas. Además, es costosa porque se requiere semanal y manual”, sentencia Sandra Díaz.
La solución a esta ráfaga de inconvenientes, que en el Perú no es tocado por las casas veterinarias, en el proceso de higiene de los gatitos, se encuentra en el modelo creado por Sandra y Daniel. El felino realizará sus necesidades sobre piedras naturales o artificiales reutilizables. Luego, gracias a una rejilla colocada en la superficie horizontal, el usuario podrá pisar un pedal que le permita retirar las heces.
“Cuando se quiere lavar la caja, los usuarios pisan el pedal para ejercer presión con una bomba de aire. A través de mangueras, se lava el interior de la caja, los líquidos se escurren se escurren hacia un sumidero que el usuario retira”, afirma Daniel.
De esta manera, el plan didáctico e interesante de la pareja apunta a rescatar las necesidades de los gatos, cuyo comportamiento con el baño, en palabras de Daniel, “es típico y común, porque en un lugar muy transitado no entraría”. También, se sintieron a placer de poder trabajar en un producto que les iba a beneficiar, por una manía de criar gatos, y también a sus vecinos y amigos, que también tenían a estas mascotas. Ello les abrió más ideas y deseos de querer incursionarse en un invento que en marzo de este año logró la patente por su categoría innovadora.
De este modo, Daniel Young y Sandra Díaz están con la ilusión de seguir mejorando el producto y volar a nuevas ideas que fortalezcan la tecnología enfocada en los animales.